El "Bar Marsella" es uno de los bares más famosos de la ciudad, es uno de aquellos lugares a los que vas expresamente porque a causa de su localización se entra por casualidad; tiene fama de ser el más antiguo de Barcelona. Este bar se inauguró en 1820, nada más y nada menos. Otra característica de este lugar es que sirven absenta.
No creo que se pueda ir a muchos bares con casi doscientos años de vida, motivo suficiente para visitar este lugar. El paso del tiempo es precisamente la primera impresión que tenemos al pasar las puertas de madera y vidrio de la entrada principal. Techos altos con lámparas de araña, mesas de mármol y unos grandiosos espejos con casi un dedo de polvo.
El Marsella es el bar en peligro de extinción que debemos defender contra el típico bar modernito y sin personalidad que se está propagando tanto por la ciudad de Barcelona. Si las paredes de este bar hablaran, nos contarían historias de artistas tan conocidos como ...
Dalí, Picasso, Gaudí,…; de otros parroquianos no tan conocidos como vagabundos y estudiantes de Erasmus; y como no, de historias del Barrio Chino, siempre tan decadente y marginal, en especial de la prostitución que hasta hace muy poco abundaba delante de sus puertas.
Techo alto, chorreras y siglos de humo acumulado. En este garito de aspecto tan bohemio, parece que de pronto te encuentras en una taberna del siglo pasado. Animadísimo, con gente de todo tipo y de todos los países, el Marsella es famoso por sus copas de absenta. Es una buena opción para disfrutar con los amigos antes de salir por ahí de fiesta. Tomar una copa de absenta aquí es todo un ritual que merece la pena conocer por lo menos una vez si pasas por la calle Sant Pau. Es parada oficial en el barrio del Raval merece la pena por lo menos probarla. Las copas no son excesivamente caras (alrededor de 4€ la de absenta) y cierran a las 3h.
La absenta es un licor de origen francés ; esta bebida está prohibida en muchos países, incluso europeos. (prohibida en Francia), y que se popularizó entre los artistas de las vanguardias europeas.
Hoy en día en el Marsella se reúnen tertulianos, jóvenes alternativos, parejas que buscan intimidad, extranjeros y nostálgicos del francés Mayo del 68 . Se trata de una bebida alcohólica con un sabor parecido al anís y con una graduación altísima, de hasta 89 grados. Esta bebida siempre ha levantado mucha controversia, decían que cierta cantidad de absenta produce alucinaciones. Pero las alucinaciones no son debidas a la absenta en sí, sino a su alta graduación. La diferencia está que bebiendo menos cantidad podemos emborracharnos mucho antes. Así que si consumimos absenta, debemos tener mucho cuidado y no podemos confundirla con un licor cualquiera. La absenta se puede reducir con agua y/o añadir un terrón de azúcar, esta es la forma normal de servirla.Esta falsa característica alucinógena hizo a la absenta famosa entre los artistas del siglo XIX, quienes la trataban de elixir. Y ese aire de artista bohemio en busca de algo especial es el que todavía se respira en el bar Marsella.Hasta las doce de la noche se pueden encontrar alguna mesa libre. A partir de la una está lleno y no se vacía hasta el cierre.
Si queries tomar Absenta vereis como el camarero os da una copa de tamaño medio (como las de agua) llena por hasta la mitad de Absenta, a parte te da una cucharilla y dos terrones de azucar, si eres un "super hombre" o mejor dicho un "loco" olvidaté del agua, pero como no es recomendable os explicaré el proceso completo; te sientas, cojes la copa de absenta, introduces los dos terrones de azucar en su interior, cuando estén mojados cojes la cucharilla y la pones horizontal sobre la copa con los dos terrones encima, cojes un mechero y prendes fuego a los terrones, cuando estén ardiendo los introduces en la copa y verás que la Absenta comienza a arder, la dejas durante tres o cuatro segundos y depués la apagas, introcues agua y ya está lista para beber, observareis que tiene un sabor extraño, parecido al Anis, pero no os teneis que fijar en el sabor ya que no es una bebida que destaque por ello, sino por sus efectos absolutamente alucinógenos os puedo asegurar que tomar dos o tres Absentas es muchísimo más fuerte que tomaros ocho o nueve cubatas sean de lo que sean, el "subidón" de la Absenta no es parecido a ningún otro, es una mezcla de los efectos del alcohol con los de otros productos, es una sensación absolutamente extraña.
Es un ambiente entre bohemio y decadente. Único.
me parece que quien escribe ese artículo, noi sabe lo que es absenta de calidad, ni conoce el ritual tradicional (no el checo inventado hace unos pocos años en las discotecas de una de las ciudaddes más turísticas del mundo) para apreciarla. Los terrones o, mejor el terron de azucar o la mitad del mismo se ponen sobre la cuchara, humedecidos con absenta o no, y se va virtiendo agua helada (lo más fria posible) lo más despacio posible, idealmente gota a gota (en particular si la absenta es de Pontarlier y lleva anís verde y no anís estrellado) pues de otra forma, no hará "paloma" ("louche" en francés) es decir no se volverá blanquecino el liquido originaroiiamente verdoso, amarillento o ambarino... En una absenta francesa o suiza de calidad este fenómeno es digno de contemplarse, pues es paulatino, se forman nubes, y se aprecian los aceites de las semillas, hasta que la paloma se completa y se obtiene un liquido bnaco vedoso, ralativamente denso, muy interesante. Se saborea, y no provoca alucinaciones. Se trata de un aperitivo refrescante, distinto, pero que recuerda al "pastis", que tiene mucha menor complejidad (por estar hecho con muchas menos plantas, y sin doble distilación). Eso sí, aú diluído, o mezclado con Goma Aranbica" u otros ingredientes, por su gradación, de entre 45 y 74 grados en las mejores (no confundir con horribles productos verdes fluorescentes, que llegan a los 90 grados pero son alcohol de quemar o de patata...) se sube a la cabeza, por lo que no es prudente tomarse más de dos copas... Lo suyo es disfrutar de la complejidad de sus sabores a hierbas...
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