lunes, 22 de febrero de 2010

El Raval




Raval es quizás el barrio que se ha transformado mucho más en los últimos años. Su aspecto todavia muestra una imagen inequivoca de su esencia es uno de los mas antiguos, populares y tradicionalmente humildes de Barcelona. Situado  entre la Rambla y la avenida del Paral.lel, el Raval fue siempre la oscura trastienda del turistico barrio gótico, de la comercial Rambla y de las mas brillantes epocas del ocio nocturno en el Paral.lel. En el Raval estaba todo lo que Barcelona queria esconder.Sus estrechas calles, su urbanismo extremadamente denso y amarquico, sus deterioradas fachadas y sus balcones con la ropa colgando bajo la escasa luz del sol, otorgan al barrio un paisaje de atmosfera napolitana.
Durante decadas estas estrechas calles fueron,a la mayoria de los Barceloneses, una de las zonas mas impenetrables de la ciudad. La prostituccion, la marginalidad y algunas vidas bohemias eran sus protagonistas exclusivos. El barrio Chino, como tambien era conocido (aunque nunca hubo alli demasiados orientales), llego a tener la peor fama de la ciudad.

La transformacion tambien llegó a este barrio a partir de la decada de 1980. Se derribaron bloques enteros de viviendas, se abrió la amplia y luminosa Rambla del Raval, se construyeron nuevos edificios... y se instalaron allí dos de las mas importantes referencia culturales de la ciudad: El Museu de`Art Modern y el Centre de Cultura Contemporania de Barcelona. Fueron cambios profundos no unicamente pinceladas esteticas, que tuvieron sus defensores y sus detractores, y supusieron tambien una renovacion del vecindario, el final de aquel caracter marginal e impenetrable del Raval. Y más reccientemente la Universidad de Geografia  e Historia.
Con todo ello, el Raval es hoy uno de los espacios mas fascinantes de Barcelona. Se ha llenado de jovenes en busca de una primera vivienda de bajo coste, de artistas y profesionales atraidos por su mitificado ambiente bohemio y, sobre todo, de inmigrantes, que se han instalado en viviendas y que regenta gran parte de los comercios. Los pisos, las calles y las tiendas del Raval son hoy una autentica mezcla de etnias, de costumbres, de inquietudes y de historias personales. Es la Barcelona mas cosmopòlita.
El Raval está lleno de locales bohemios y encantadores hay que recorrer el barrio de noche. De su vieja esencia quedan locales como el Pastis, el London, el Almirall o el Marsella, autenticas reliquias de la historia de Barcelona, tan imprescindibles para conocer la ciudad como la Sagrada Familia o la Catedral. Tambien se conserva algunos de los establecimientos de fama airada, como el sordido Cangrejo, .. Junto a ellos se han abierto nuevos locales de ocio, cafeterias, restaurantes... el Raval es un hervidero nocturno que ha revivido en una comunion perfecta entre los nuevos espacios de diseño vanguardista y aquella inalterable atmosfera de decadencia y trasgresion.
El Raval es un barrio muy mediático a causa de las periódicas redadas policiales contra la prostitución, los terroristas de Al Qaida o la venta ambulante. Pero no hay que asustarse porque, pese a lo que pueda parecer, el antiguo barrio chino no es un sitio peligroso y sí muy interesante. Sobre todo para los que gusten de apreciar la belleza de la decadencia. Se puede callejear sin miedo (en el barrio se dice ravalear) y disfrutar de la multiculturalidad al estilo del barrio Pero conviene asegurarse de llevar la cartera a buen recaudo, por si acaso.
Ha sido uno de los principales receptores de la oleada de inmigrantes a Barcelona, por lo que el multiculturalismo del que tanto se jacta y lucra la ciudad, encuentra aquí su máxima expresión. Carnicerías islámicas, pensiones de mala muerte, zapaterías de lujo, almacenes hindúes, boutiques exclusivas, locutorios puertorriqueños, restaurantes y teterías marroquíes, bares nórdicos, peluquerías pakistaníes, hoteles de primera, librerías especializadas y centros sociales, culturales, artísticos de cuánta cosa y colectivo humano se pueda imaginar, conforman el cambiante escenario comercial y social del Raval que no hace otra cosa que absorber la energía desbordante de quién llega a este puerto mediterráneo a buscarse la vida.
Es cierto que las inmigraciones son distintas y que cada una le agrega un sabor que rápidamente se cristaliza en el color local del barrio. Los europeos llegan principalmente atraídos por el sol y el ambiente de la ciudad más moderna de España, consiguen becas Erasmus o másters para estudiar uno o dos años . Muchos ingleses o alemanes han montado una segunda vivienda aquí, atraídos por el clima y por unos precios que no hacían ni cosquillas a los de su propios países.  Los africanos, especialmente los subsaharianos  se emplean en la construcción o en la venta ambulante o en extraños comercios que venden cosmética, alimentación y coloridas telas. Pakistaníes y Indios, cómodos con el ambiente comercial instalan negocios que sirven de centro social de sus comunidades . También están los chinos, inmigración silenciosa que ha revolucionado el mercado minorista con sus “Todo a Cien” (de las antiguas pesetas).
Las pintadas en los muros son un atractivo turístico más de la ciudad y las paredes del Raval son una explosión de color y formas cambiantes llenas de la creatividad de colectivos de arte callejero, a medio camino entre el arte y la reivindicación social.
El Raval toma su nombre  cuando el terreno se situaba en los extramuros de la ciudad. De este territorio, que empieza a la altura de plaza Universidad y plaza Cataluña bajando hasta el mar, en el mismo punto en el que se levanta el monumento a Colón, se puede hablar tranquilamente de dos sectores  la parte alta y la baja o arrabalera o por qué no, el Chino.

La parte Alta

Como fronteras del Raval alto  la calle Pelayo, la Rambla hasta calle del Carme y la Ronda Sant Antoni. Aquí se concentra la mayor actividad comercial, además del MACBA, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona CCCB y la Federación de Artes Decorativas FAD, todos excelentes motores culturales con una agenda de festivales y exposiciones fantástica, siempre estimulante para los amantes del cine, arte, el diseño y la comunicación. Los tres se encuentran en la misma área y forman uno de los pocos espacios amplios del denso centro barcelonés con terrazas de cafés, bares y restaurantes más enmarcados en la línea fashion de la ciudad, donde hasta la comida es de diseño.
De noche, La Paloma es/era  una gran opción ( por los  continuos cierres) ; un antiguo salón de baile excelentemente mantenido que hasta la media noche cuenta con una orquesta que hace bailar a gente mayor engalanadísima al son del mambo, la cumbia, el swing y el cha cha chá. Y suenan las campanas, la orquesta desaparece, los señores y señoras se retiran y en un abrir y cerrar de ojos La Paloma se encuentra en una trance moderno con jóvenes bailando lo que pinchan los dj’s de turno.

La Parte Baja

Carrer Hospital, Ronda Sant Pau, Avinguda Paral.lel y carrer Drassanes. Es preciso aconsejar a los turistas despistados que se espabilen para visitar la parte baja del Raval. Porque aquí resiste el bajo mundo ante la avalancha modernilla fashion, los planes urbanísticos y la especulación inmobiliaria; nadie sabe cuánto tiempo durará este particular mundo donde se mezclan decadencia e ilusiones.

La historia del Chino siempre ha sido marginal. Siglos atrás, cuando era un solar en los extramuros de la ciudad, las primeras construcciones de propiedad de la iglesia católica estaban precisamente destinadas a albergar aquello que era peligroso para la población como hospitales y posadas para menesterosos. Más tarde, fue el barrio obrero donde se organizaron movimientos anarquistas y radicales de la Cataluña independentista. El periodo más bullante del Chino fueron sin duda los años ‘20 y ‘30, antes del franquismo, por el despliegue de bohemia y vida alegre entre cabarets y prostíbulos. Una dictadura moralista y la prohibición de la prostitución fueron hundiendo esa época alegre y la llegada de la heroína en los setenta lo cubrió todo de sordidez. Luego los Juegos Olímpicos y un gobierno autonómico decidido a vender Barcelona como un lugar turístico, trajeron  el plan urbanístico. Pero paralelamente a ello llegaron los inmigrantes, llenos de energía e iniciativa, abriendo locales, bares, peluquerías… y en fin, dinamizaron el alicaído barrio.
Basta con perderse por las calles y los contrastes saltan a la vista del más miope. En el Chino hay lugares míticos, como el modernista mercado de la Boquería, el teatro Liceu, uno de los escenarios más importantes de la ciudad condal, además de un palacete hecho por Gaudí . También modernista y en esta misma calle se encuentra uno de los bares más concurridos por los anglosajones, el London Bar.  El Marsella. Antiguo rincón de anarquistas, prostitutas y escritores y que desde su nacimiento en el año 1820 sirve absenta artesanal, una bebida que produce una sensación narcotizante y que ha sido prohibida en varios países. Justo enfrente se levanta una de las construcciones más ambiciosas y que cambiará definitivamente al barrio: un hotel de cinco estrellas y la filmoteca de Barcelona. También árabes son unos de los bares/discoteques más divertidos del barrio, en el sacásticamente llamado ‘eje del mal’: Al Jaima, el Cangrejo y La Concha. Éste último, una bodega divertidísima que antaño fue rincón de homosexuales y sus paredes están cubiertas por completo con imágenes de la época dorada de Sara Montiel,
Otros barrios de Barcelona como Gracia, el Gótico, el Borne o sectores del Example (conocido como el Gayxample) están igualmente llenos de bares, restaurantes y dinamismo. Pero su ambiente no es ni tan diverso ni tan multicultural ni tampoco tiene los días contados. Hace menos de diez años el Borne era un barrio profundamente marginal y hoy en día es lejos el más exclusivo de la ciudad. Todos saben que el Raval desaparecerá tarde o temprano y que del hervidero de ilusiones de hoy en día sólo quedarán las hermosas creaciones de quienes por aquí soñaron.


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